¿Qué no es el mar sino el espejo del cielo?
- María José Vázquez Moreno
- 4 nov 2017
- 1 Min. de lectura
Hundo mis manos
en el río de mercurio
ondas plateadas rodean
mi otredad especular,
que invertida, me desconoce .
¿Quién eres contemplación?
Eco la ninfa
pronunciada en imágenes
reverberación transparente
del rechinar de la puerta a los sueños
que se abre líquida
hacia lo que era
lo que ya no soy
y lo que seré.
Vértigos de sumergirme
en el cuerpo de agua
donde esa otra mujer
oblicua, me mira,
se palpa el rostro
y desea ser otra,
tiende los brazos,
se resquebraja la realidad.
Cautiva del viaje
negada al regreso
llueve sobre el mar
la puerta se cristaliza
con el llanto de las plañideras
me hundo para no volver.
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